«...Aquí te tratan como actor de Hollywood. Basta con asomarse un poco, para comenzar a ser seducido por los chefs que tienen una estrella Michelin por cada luz en el cielo...»
Hay quienes aseguran que las sopas instantáneas son las reinas de las comidas estudihambre, hasta que prueban los dogos de la unison, como cariñosamente se les llama. El precio accesible y el indescriptible sabor son las dos más grandes razones por las cuales estos dogos son la primera opción de aquellos que van y vienen con una montaña de libros, reloj acortado y agujeros en los bolsillos.
En este lugar, se da el grito a mediados de septiembre abriendo la olla de vapor, que mantiene el pan tibio y esponjoso. En navidad, se deja de lado el pavo, para cocinar una winnie cobijada por una jugosa tira de tocino al mero fetiche BDSM. En año nuevo, el sonido de la cadena que abre la puerta a la barra de toppings, con los que puedes complementar tu dogo, opaca los aullidos de los fuegos artificiales y las campanadas.
Ahí sí, queda en cada quien terminar de moldear el regalo que nos da la vida sobre una cama de lechuga y frijoles de olla. Hay chorizo, pepinillos, jalapeños encurtidos, guacamole, cebollita caramelizada, champiñones, salsa verde y roja, queso, lo que gustes. La cuchara es tu el martillo, y el dogo será tu mármol.
Sin embargo, estos dogos con doble winnie y papas a la francesa con catsup, no son los únicos favoritos de los pupilos, sino de una ciudad entera. Es ley para el hermosillense pasar la tradición a sus hijos de ir a los dogos de la unison. Sobre todo si hay algo que celebrar. Si tienes suerte te tocará ver a un niño con su traje de primera comunión, a unos jóvenes graduados, o hasta una pareja de recién casados acompañando con un chile güero enrollado, antes de comerse el postre en la luna de miel.
Y si en el mercado municipal te chulean como en vecindad, aquí te tratan como actor de Hollywood. Basta con asomarse un poco, para comenzar a ser seducido por los chefs que tienen una estrella Michelin por cada luz en el cielo. Te guían en una alfombra roja hacia sus carretas.
Es una guerra pacífica, donde el único arma es el verbo. La última palabra la tiene el comensal. Que si ya gusta de un chef, no hay nada que se pueda hacer. Pero aquellos individuos dudosos estarán sujetos a la mejor sonrisa y a la major labia que un doguero pueda entregar.
El segundo episodio de Degustando Barrio Sonora: Dogos UNISON - El que nace pa estudiambre del cielo le caen los dogos ya se encuentra disponible en nuestro canal de YouTube. Te invitamos a mirarlo aquí abajo. No olvides dar me gusta, comentar y suscribirte para no perderte los futuros episodios y todo nuestro contenido.
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